Foto de cabecera: argarica.es
Un vergonzoso episodio más que sumar al largo serial del expolio al patrimonio común donde la ignorancia y la avaricia se dan la mano.

Tramos más antiguos del acueducto de las Cumbres / Argarica
A continuación el comunicado resumido de "Amigos de la Alcazaba", podeis leerlo completo en el enlace a la web.

Máquina machacando el acueducto y acuarela de José Mario Sarabia / Amigos de la Alcazaba
Noticia original publicada en: diario.es
La demolición ha acabado con uno de los elementos patrimoniales más importantes del Canal de San Indalecio, que se proyectó en 1876 y que permitía llevar agua potable hasta la capital almeriense, una de las zonas más áridas de España.
El acueducto de "Las Cumbres", en el término municipal de Huércal de Almería, ya no existe. De hecho, es literalmente historia. Una empresa constructora lo ha derruido para construir una zona residencial y ha puesto en pie de guerra a la sociedad civil de la zona que está representada por la Plataforma Ciudadana en Defensa del Canal de San Indalecio y la Cultura del Agua en Almería. Denuncian que la destrucción de este canal es un ataque frontal contra el patrimonio almeriense porque acaba con un acueducto de 150 años de historia que estaba "desprotegido por la parálisis de la Administración".
Este conducto para el agua fue levantado a finales del siglo XIX como parte del conocido como Canal de San Indalecio que se abrió en 1876 y que era la suma de varias estructuras hídricas que permitían llevar agua potable hasta Almería capital, una de las zonas más áridas de España. Aunque, como la mayor parte de San Indalecio, estaba en desuso, su importancia histórica lo había convertido en un lugar de referencia en Huércal de Almería. Sin embargo, desde este lunes ya no existe porque en su lugar se construirán viviendas, después de que el Ayuntamiento aprobase el 30 de junio un proyecto de urbanización que lleva provocando más de una década de polémicas.
Según fuentes de la plataforma ciudadana, "el acueducto de Las Cumbres es una de las obras de mayor envergadura, atribuida a uno de los tres más importantes arquitectos de la historia de la provincia, Enrique López Rull (diseñador del Teatro Cervantes)". En una zona con problemas de lluvias, este tipo de infraestructuras fueron vitales en el momento de su construcción. "La importancia del agua era extrema pues la economía de la provincia (pasada la época minera del plomo y otros) se basaba en las extensiones de parrales para la uva de exportación a todos los mercados europeos y a Estados Unidos".