El poblado contaría con tres anillos de muralla y al menos un foso lo cual nos recuerda a la gran urbe de Marroquíes Bajos y ¿por qué no decirlo?, al patrón urbano descrito por Platón para la capital Atlantis ¿Casualidad? Nuestro colaborador Georgeos Díaz-Montexano realizará en un próximo artículo un repaso a la relación entre la legendaria ciudad y los llamados "recintos de fosos circulares concéntricos", no escasos sino bastante comunes en tierras iberas y que mayoritariamente tendrían un valor sagrado ceremonial.
Descubren un impresionante poblado de hace 4.500 años rodeado por tres murallas en la provincia de Granada
En este asentamiento, entre los términos de Colomera, Benalúa y Montillana, habitaban un millar de personas en cabañas circulares
Corría el año 2014. Antonio Morgado, profesor titular de la Universidad de Granada, y José Antonio Bueno, arqueólogo, los dos adscritos al grupo de investigación ArqueoScience de la UGR, tenían noticias de pinturas prehistóricas y enterramientos humanos en cuevas entre Colomera y Montillana. Noticias que les llegaban de espeleólogos del grupo G40 de Priego de Córdoba y vecinos de los pueblos cercanos. Hasta aquí, todo correcto. Ello dio pie a la realización de diferentes memorias de máster para documentar lo que allí empezaba a despuntar como un conjunto arqueológico importante. Pero resulta que, dos años después, observando unas imágenes de satélite, descubrieron tres círculos concéntricos en lo alto de una montaña que evidenciaban «un crecimiento anómalo de la vegetación», formas que pudieron cotejar posteriormente con documentación facilitada por el Instituto Geográfico Nacional y la Junta de Andalucía.
Trillando la arena extraída de la excavación para comprobar si hay restos. IDEAL.ES / ALFREDO AGUILAR
«A expensas de todo lo que nos queda hacer por aquí –asegura Antonio Morgado– nos encontramos ante una auténtica joya de la Prehistoria». El equipo de trabajo ha estado compuesto por unas quince personas, fundamentalmente por estudiantes del Grado y Máster de Arqueología de la Universidad de Granada. Los trabajos se han dilatado durante un mes para abrir una ventana que permite ver cómo era la vida en el sur de la Península hace 4.500 años. Pero vayamos con los detalles que son, cuanto menos, sorprendentes.
Reconstrucción digital del poblado / IDEAL.ES - UGR
José Garzón explica que estas tres líneas de muros cerrados en círculos «están perfectamente conservados». Los derrumbes que ha habido no han sido provocados por la acción del hombre, sino que más bien habría que atribuirlos al paso del tiempo y la incidencia de agentes climáticos. Garzón estima que hay tramos que pueden conservar hasta dos metros de alzado –los que han aflorado estas semanas tienen entre sesenta centímetros y un metro–. «Para ello emplearon piedras areniscas extraídas del mismo lugar, que fueron talladas para lograr unos mampuestos de dimensiones similares, y toneladas de tierra y áridos que tuvieron que transportar desde una cantera cercana y que sirvieron para los rellenos y los lienzos», dice Garzón.
Cabañas circulares
¿Quiénes habitaban dentro? La actuación que se ha desarrollado este otoño –estaba previsto que fuera en verano, pero tuvo que retrasarse por las medidas de seguridad que impone la Covid-19– ya está aportando interesantes datos. Según Antonio Morgado, «la comunidad vivía en cabañas circulares en cuyo interior tenían todos sus ajuares». Se han encontrado molinos de mano para la molturación del cereal y utillaje como sierras líticas y puntas de flechas. También vasijas. Se calcula que dentro de esta ciudadela, extendida intramuros sobre una superficie de 13.500 metros cuadrados, residían algo menos de mil personas. Su fuente de subsistencia era la agricultura y la ganadería –vacas, cerdos y ovicápridos, fundamentalmente–.
Una de las grandes incógnitas por despejar es ¿por qué una estructura así? Más allá de tratarse de una auténtica ciudadela amurallada, esta estructura pétrea concéntrica no es habitual en España. En la Europa Prehistórica, sí se pueden hallar algunas aunque con sistemas de fosos excavados en la tierra, especialmente en toda la fachada atlántica. Pero según José Antonio Bueno, hay otros muchos interrogantes que convierten en apasionante el estudio de este poblado y el análisis de toda la información que han obtenido ya en esta primera actuación. «¿Por qué tanta protección?, ¿habría algún tipo de edificio público o de culto en el área central, la más protegida del recinto, o estaría reservado para una elite?»